¿Por qué se congela el aceite de oliva?

Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, es común notar que el aceite de oliva cambia de aspecto: se congela. Esto ocurre porque, como cualquier producto natural, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) también se solidifica a bajas temperaturas, formando pequeñas bolitas de color claro que pueden preocupar a quienes no están familiarizados con este fenómeno.

Vamos a responder a algunas preguntas frecuentes: ¿Por qué se congela el aceite de oliva? ¿A qué temperatura ocurre? ¿Afecta esto a su calidad? ¿Por qué no se congela de manera uniforme? Descúbrelo a continuación.

¿Por qué se congela el aceite de oliva?

El aceite de oliva virgen extra, como cualquier otra grasa natural, se congela cuando se expone a temperaturas bajas. Al igual que ocurre con la mantequilla, al enfriarse, el AOVE comienza a solidificarse gradualmente. Sin embargo, no hay motivo de preocupación, ya que esto no significa que el producto haya perdido calidad.

Si observas que tu aceite de oliva se ha congelado, simplemente colócalo en un lugar cálido, como una cocina a temperatura ambiente (entre 20 y 24 ºC). En pocas horas, el aceite volverá a su estado líquido habitual, conservando todas sus propiedades.

¿A qué temperatura se congela el aceite de oliva?

A diferencia del agua, que se congela a 0 ºC, el aceite de oliva no tiene un punto de congelación único. Esto se debe a que está compuesto por diferentes triglicéridos, cuya congelación varía según su composición de ácidos grasos. En general, el aceite de oliva empieza a congelarse entre los 23 ºC bajo cero y los 0 ºC, aunque su solidificación parcial es evidente a partir de los 10 ºC o menos.

En el caso del AOVE Baluarte, como ocurre con los aceites de alta calidad, comienza a volverse más denso por debajo de los 20 ºC, mostrando pequeños grumos que son completamente naturales y no afectan su calidad.

Si se congela el AOVE Baluarte, ¿afecta a su calidad?

La congelación del aceite de oliva virgen extra es un proceso natural y no afecta ni a su sabor ni a su valor nutricional.

Si vas a consumirlo en crudo, no es necesario descongelarlo completamente, aunque puede costar un poco más extraerlo de la botella. Sin embargo, si planeas usarlo para cocinar, lo ideal es descongelarlo de manera gradual antes de ponerlo en la sartén, evitando que entre directamente en contacto con el calor intenso.

Curiosamente, una tradición casera consiste en guardar el aceite en la nevera durante el invierno para que se vuelva más sólido. Así, puede utilizarse como untable en tostadas, ofreciendo una experiencia única y deliciosa con el AOVE Baluarte.

Cómo conservar el aceite de oliva

Para evitar que el aceite de oliva se congele o degrade, es fundamental almacenarlo adecuadamente.

La temperatura ideal de conservación está entre 18 y 22 ºC, ya que temperaturas superiores pueden acelerar su oxidación, mientras que las más bajas provocan su solidificación.
Además, factores como la luz y el aire pueden afectar a la calidad del AOVE. Por esta razón, Baluarte utiliza botellas opacas que protegen el aceite de la luz y garantizan que sus propiedades se mantengan intactas durante más tiempo.

Aunque el frío puede causar su congelación, el principal enemigo del aceite de oliva es el calor excesivo. Por eso, mantenerlo en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa es clave para disfrutar al máximo de un producto premium como el AOVE Baluarte, que destaca por su calidad.

AOVE Cosecha temprana Baluarte

Aceite de Oliva Virgen Extra de variedad 100% picual procedente de aceitunas verdes en los primeros días de cosecha durante el mes de octubre, desarrollando en él un aceite superior, obteniendo un alto grado de propiedades frutales y aromáticas. Ideal para desayunos, pastas y cualquier tipo de maridaje en crudo.

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